20minutos
Un tiroteo devastador sacudió la madrugada del sábado en Bondi Beach, Sidney, mientras se celebraba una fiesta judía en la playa. El ataque dejó un saldo de once personas fallecidas y decenas de heridos, entre los que se encontraban tanto bañistas como asistentes a la celebración.

Los agresores, dos hombres armados, iniciaron los disparos poco después de la medianoche, provocando pánico entre los presentes. Testigos describieron una escena de caos, con víctimas intentando escapar mientras los disparos resonaban en la zona. La policía llegó al lugar en cuestión de minutos y, tras un intenso enfrentamiento, logró abatir a ambos atacantes.
Desarrollo del hecho y respuesta policial
Según las autoridades, los sospechosos fueron identificados como individuos con antecedentes de violencia y motivaciones aún bajo investigación. La unidad de respuesta táctica de la policía de Nueva Gales del Sur (NSW Police) aseguró la zona, evacuó a los heridos a hospitales locales y coordinó las labores de investigación en el sitio.
Entre los héroes del episodio se destacó la figura de un socorrista que, al percatarse de la amenaza, se lanzó contra uno de los tiradores y logró arrebatarle el arma antes de ser alcanzado por disparos a corta distancia. Su acción fue fundamental para detener la masacre y ha sido ampliamente elogiada por la comunidad y los medios de comunicación.
Las víctimas, que incluyen a niños y adultos, fueron atendidas en los hospitales de Sydney y sus alrededores. Las autoridades sanitarias confirmaron que la mayoría de los heridos se encuentran en estado grave, aunque la situación se mantiene estable para varios de ellos.
El ministro de Seguridad Nacional, en una rueda de prensa, condenó enérgicamente el ataque y anunció la apertura de una investigación exhaustiva para determinar los motivos detrás del acto. Además, se reforzarán los protocolos de seguridad en eventos públicos y áreas recreativas de la ciudad.





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