Una obra maestra del cine de más de siete horas: así es la adaptación de la mejor novela del nuevo Nobel de Literatura

Basado en la novela «Satantango», primera obra de László Krasznahorkai, y con el propio autor como guionista, el clásico de Béla Tarr está disponible en la plataforma de streaming Filmin.

El escritor húngaro László Krasznahorkai gana el Premio Nobel de Literatura 2025

El año pasado, España se adelantó a Suecia al otorgar el Premio Formentor al recién nombrado Nobel de Literatura László Krasznahorkai. El difícil de pronunciar apellido del escritor resonó entre los cinéfilos, que ya lo conocían por los créditos de películas como El caballo de Turín y Armonías de Werckmeister. Sin embargo, la obra que más destaca en su filmografía es Sátántangó, ahora al alcance de los suscriptores de Filmin.

Una joya del slow cinema

«Satantango» adapta la ópera prima de Krasznahorkai, publicada en Hungría por la editorial Acantilo, y constituye una de las piezas más memorables de la escasa pero influyente filmografía de Béla Tarr, quien dirigió sólo nueve largometrajes en toda su carrera. En cinco de ellos, incluido Sátántangó, el autor húngaro colaboró como guionista o como creador de la novela original.

El Nobel húngaro lleva a la pantalla la exigencia de su literatura, caracterizada por párrafos extensos y escasa puntuación, y la transforma en una película de 450 minutos (7 horas 19 minutos) que todo amante del cine debe ver, o al menos intentarlo.

En cuanto a la construcción formal, la película destaca por su extraordinaria lentitud:

Duración total: 7 h 19 min (439 min).
Numero de planos: 172, comparable a los primeros diez minutos de Transformers: La venganza de los caídos.
Tiempo medio por plano: cerca de 2 min 30 seg, frente a los 4 seg de una película de acción típica.

Esta escasez de cortes sitúa a Sátántangó por encima de la trilogía de El Señor de los Anillos en metraje, pero a la vez la convierte en la máxima representación del llamado “slow cinema”. Como señaló Paul Schrader al referirse a Tarkovsky, el tiempo no es sólo un recurso narrativo, sino el propio objetivo de la obra.

El universo que crean Tarr y Krasznahorkai es gélido y desprovisto de esperanza; el viento parece ser el único movimiento. La violencia, a menudo sin motivo aparente, se presenta como la única respuesta viable. Uno de los momentos más recordados es la tortura de un gato durante una secuencia de 40 minutos; según el propio Tarr, el felino logra sobrevivir, aunque muchos espectadores no lo hacen.