Extraño, pero no inédito: los expertos señalan que un seísmo como el de Álava "puede saltar en cualquier punto de la Península"

Telefónica ha anunciado una reducción en la dimensión de su expediente de regulación de empleo (ERE), limitando la afectación a unas 700 personas, una cifra inferior a la inicialmente prevista en los comunicados internos de la compañía.

Un terremoto de magnitud 4 sacude a la provincia de Álava - laSexta Noticias

En otro orden de noticias, la Policía Nacional ha puesto bajo custodia al presidente y al director ejecutivo de la aerolínea Plus Ultra, como parte de una operación vinculada a presuntas irregularidades financieras que están siendo investigadas por la Fiscalía.

Los hechos descritos se basan en la observación directa de nuestros corresponsales y en la información confirmada por fuentes oficiales.

Actividad sísmica reciente en la península ibérica

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha precisado que no existe una relación directa entre los sismos registrados en el norte y el sur de la península durante las últimas horas, señalando que el movimiento de fallas es, en general, impredecible.

El lunes de madrugada se produjo un temblor de magnitud 4,0 con epicentro en Iruña de Oca (Álava), el más fuerte registrado en el País Vasco hasta la fecha. Luis Cabañas, sismólogo del IGN, confirmó la magnitud y explicó que, aunque es un evento poco frecuente, la zona cuenta con una corteza tectónica fracturada que permite la acumulación de tensiones.

Históricamente, Álava ha sufrido dos sismos de intensidad 5, en 1916 y 1929, en las localidades de Villavezana y Salvatierra respectivamente. En aquella época no existían observatorios sísmicos, por lo que las magnitudes no pudieron medirse con precisión.

El mismo lunes, a las 00:10 horas, la población alavesa sintió “dos golpes muy fuertes, como explosiones”. El movimiento no provocó daños ni víctimas, pero fue percibido también en Vitoria‑Gasteiz y en zonas de Burgos y La Rioja.

Revisando el historial sísmico del IGN, el sismo de mayor magnitud registrado en el País Vasco antes de este evento data de 1965, con una magnitud de 3,8 y epicentro en Azilu (Iruraiz‑Gauna).

María Belén Benito, catedrática de la Universidad Politécnica de Madrid y experta en peligrosidad sísmica, destacó que, pocas horas antes del temblor de Álava, se sintió otro sismo en Fuengirola (Málaga) de magnitud 4,9 y una profundidad de 75 km. “A pesar de que la energía liberada en Fuengirola fue aproximadamente 30 veces mayor, la profundidad hizo que se percibiera con menos intensidad”, explicó la investigadora.

Según Cabañas, un terremoto de magnitud 4 puede producirse en cualquier punto de la península debido a la existencia de una corteza tectónica fracturada donde se acumulan tensiones. No obstante, la historia muestra que ciertas áreas presentan mayor frecuencia sísmica, aunque no se puede descartar la posibilidad de que ocurra en otras regiones.

Benito coincide en que el potencial sísmico es generalizado: “La corteza terrestre está lo suficientemente fracturada como para generar sismos de magnitud 4 o incluso 5 en cualquier zona, y en Andalucía el riesgo es mayor, con posibilidades de alcanzar magnitudes entre 6 y 7”.

En Andalucía, la zona más activa sísmicamente, se han registrado recientemente sismos de magnitud 6,8. El más devastador de la historia reciente fue el terremoto de 1834 en Granada, catalogado con una intensidad de 9 por su gran destructividad, aunque en esa época no existían instrumentos para medir la magnitud exacta.

En cuanto a la correlación entre los sismos del norte y del sur, los expertos señalan que, pese a la coincidencia temporal, la distancia entre los epicentros es suficiente para descartar una relación causal directa. “Los movimientos sísmicos son impredecibles y no siguen una periodicidad clara; pueden existir casos de activación de fallas adyacentes, pero en este caso parece tratarse de una coincidencia”, concluyó Cabañas.