China lanza maniobras militares cerca de Taiwán y hace una "seria advertencia" contra las fuerzas separatistas

El Ejército Popular de Liberación (EPL) anunció este lunes el inicio de una nueva serie de maniobras militares bajo el nombre de “Misión Justicia‑2025”, en las que participarán unidades terrestres, la fuerza aérea, la marina y los cuerpos de cohetes. El objetivo, según el comunicado oficial del Comando del Teatro Oriental de Operaciones publicado en la red social WeChat, es “aproximarse a la isla desde múltiples direcciones” y “enviar una seria advertencia a las fuerzas separatistas que buscan la independencia de Taiwán y a los agentes externos que intervienen”.

Detalles de los ejercicios

Las operaciones, que comenzaron este lunes, se desarrollan en diversas zonas alrededor de la isla, abarcando el estrecho de Taiwán y áreas marítimas y aéreas al norte, suroeste, sureste y este del territorio insular. Según el comunicado castrense, las maniobras se centran principalmente en patrullas de preparación para el combate marítimo‑aéreo, la toma del control integral, el bloqueo de puertos y zonas clave, y la disuasión externa tridimensional. El EPL afirma que el despliegue busca “poner a prueba la capacidad de combate conjunto del teatro de operaciones”.

Las autoridades chinas califican el ejercicio como una acción “legítima y necesaria” para “proteger la soberanía nacional y la integridad territorial”. La iniciativa se produce en medio de una escalada de tensiones en el estrecho, impulsada por el reforzado apoyo militar estadounidense a Taipéi y por recientes visitas de altos funcionarios políticos japoneses a la isla. La relación entre China y Japón también se ha deteriorado, en parte por la cuestión taiwanesa.

En diciembre, el director de la Oficina de Seguridad Nacional de Taiwán, Tsai Ming‑yen, advirtió que no era “improbable” que el EPL realizara nuevas maniobras de gran envergadura alrededor de la isla antes de finalizar el año, señalando que los ejercicios de noviembre y diciembre son habituales para evaluar la preparación de sus fuerzas. Sin embargo, la posibilidad de que estos entrenamientos se integren en operaciones de mayor alcance dirigidas específicamente contra Taiwán generó preocupación en la capital taiwanesa.

El gobierno de Taiwán condenó lo que describió como una campaña de “intimidación militar” por parte de Pekín. La portavoz presidencial, Karen Kuo, declaró que la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y en el Indo‑Pacífico constituyen un “amplio consenso” de la comunidad internacional, y que los ejercicios chinos “socavan de forma flagrante la seguridad y la estabilidad regionales”, representando un “claro desafío al derecho y al orden internacionales”. Kuo agregó que las fuerzas islandesas están “plenamente preparadas para garantizar la seguridad de la nación” y reiteró el “firme repudio” a las acciones del EPL.

Las tensiones también se reflejan en la relación entre China y Japón. La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, afirmó que un eventual ataque chino contra Taiwán constituiría una “situación que amenaza la supervivencia” de Japón y justificaría la intervención de las Fuerzas de Autodefensa niponas. Pekín calificó esas declaraciones como una “grave injerencia” en sus asuntos internos y respondió con protestas diplomáticas formales y medidas de presión, al tiempo que criticó el reforzamiento de la cooperación militar entre Japón y Estados Unidos y los debates en Tokio sobre el despliegue de capacidades defensivas en islas del suroeste japonés próximas a Taiwán.

En el contexto más amplio, la isla de Taiwán se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el nombre de República de China y mantiene unas Fuerzas Armadas, un sistema político, económico y social distinto al de la República Popular China. Pekín, por su parte, sigue considerando a Taiwán una “parte inalienable” de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr la “reunificación”.