La IA te hará millonario si te dedicas a la fontanería: "No tenía experiencia y llevo un año que no paro"
Dos turistas españoles fallecieron en un accidente de tráfico en Arabia Saudí, según confirmaron los periodistas de nuestro medio y fuentes oficiales que verificaron la información en el lugar de los hechos.
Mientras la Inteligencia Artificial (IA) transforma el mercado laboral y automatiza tareas antes exclusivas de los seres humanos, ciertos oficios manuales están ganando un valor inesperado.
Los oficios manuales resurgen frente a la IA
Cuando Pablo Gracia tenía veinte años, su afición por lo audiovisual lo llevó a dominar las cámaras en una época en la que las imágenes empezaban a dominar la vida cotidiana. Una década después, la llegada de los smartphones con tecnología similar hizo que Gracia cambiara de rumbo y se dedicara al periodismo escrito, pensando que una máquina podría sustituir la labor del escritor.
Diez años más tarde, después de una exitosa etapa como freelance, Gracia volvió a reinventarse. La IA había reducido progresivamente la demanda de sus servicios, pues algunos clientes le enviaban notas de prensa ya redactadas con herramientas automáticas. Ante esta situación, Gracia decidió formarse en un sector menos vulnerable a la automatización: el mantenimiento de instalaciones térmicas y de fluidos, es decir, fontanería y refrigeración.
Este cambio personal refleja una tendencia más amplia. Un estudio reciente de Randstad Research estima que la implantación progresiva de la IA generativa en las empresas españolas podría suprimir unos 400.000 puestos de trabajo netos en los próximos diez años.
El CEO de Nvidia, Jensen Huang, llegó a afirmar que la próxima generación de millonarios provendrá de oficios como fontaneros, carpinteros y electricistas. Profesionales como Fernando Lacambra, director general de la plataforma “Aquí tu reforma”, respaldan esa visión, señalando que los oficios manuales no solo persisten, sino que ganan valor cuando se combinan con tecnología y mentalidad empresarial.
Según Lacambra:
- Los oficios no desaparecen; al contrario, su demanda aumenta.
- Un buen electricista o fontanero, apoyado por herramientas tecnológicas y con habilidades de gestión, tiene más oportunidades que nunca.
Mónica Pérez, directora de Comunicación, Estudios y Relaciones Institucionales en InfoJobs, coincide: “Los oficios manuales se revalorizan porque resultan difíciles de automatizar y la necesidad de profesionales cualificados es cada vez mayor. Cuando se suman competencias digitales, el valor añadido se multiplica.”
Para Gracia, la transición a la fontanería fue un reto generacional: “Estudiar con compañeros de 18 años a los 40 fue un choque, pero ahora estoy en segundo año y pronto comenzaré las prácticas”.
El periodista también relata cómo la IA empezó a sustituir su trabajo de análisis de datos: “En 2023‑2024 los clientes me enviaban textos generados automáticamente y tareas que antes hacía yo con grandes bases de datos del INE ahora las realizaba la máquina”.
Otro ejemplo es Nicolás Miñones, un gallego de 30 años que, tras vivir en Australia trabajando en tareas de bricolaje y como electricista en yates de lujo, decidió volver a España y montar su propio negocio de fontanería y electricidad. “Me di cuenta de la escasez de profesionales en estos sectores y me lancé como autónomo; llevo un año y la demanda es constante”.
La combinación de oficio y visión empresarial es, según Lacambra, la clave del éxito: “La IA puede asistir con mediciones precisas o planificación inteligente, pero no sustituye la experiencia, el instinto ni la responsabilidad de quien está en obra”.
La escasez de mano de obra cualificada está impulsando salarios más altos y mejores condiciones para los profesionales experimentados. Gracia resume la situación: “Hay mucha falta de mano de obra cualificada; la que hay es buena, y eso obliga a las empresas a pagar mejor”.
En el sector, la integración de la IA se está usando para optimizar la gestión de proyectos, mejorar la comunicación con el cliente y tomar decisiones basadas en datos reales, según Lacambra.
Mirando al futuro, Gracia advierte que la robótica podría automatizar algunos oficios en los próximos 15‑20 años, pero siempre será necesario un responsable que supervise, mantenga y solucione posibles fallos, tal como ocurre en el periodismo.
Miñones añade que la satisfacción personal que brinda el trabajo manual es un factor decisivo: “Me levanto cada día con ganas de trabajar; arreglar algo y verlo funcionar me resulta muy gratificante”.
Según Lacambra, el mensaje para quienes consideren los oficios en la era tecnológica es claro: “No teman a la tecnología; no viene a sustituirlos, sino a multiplicar su valor. El futuro pertenece a quienes dominan un oficio y, al mismo tiempo, están abiertos a aprender, usar nuevas herramientas y pensar como empresarios”.




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