Viajar en avión expone a los pasajeros a contaminación por partículas ultrafinas, según un nuevo estudio

El año 2025 ha estado marcado por una serie de acontecimientos impactantes que han llamado la atención tanto de la ciudadanía como de la comunidad científica. Entre los incidentes más graves se encuentran el trágico alud de placa que cobró tres vidas en Panticosa y el descubrimiento de niveles alarmantes de partículas ultrafinas (UFP) en la cabina de los aviones comerciales.

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Partículas ultrafinas en cabinas de aviones: un riesgo oculto

Las partículas ultrafinas, conocidas por sus siglas en inglés UFP, son contaminantes microscópicos que se generan, en su mayor parte, como subproducto de procesos de combustión. Su tamaño, inferior a 0,1 micrómetro, les permite evadir los filtros naturales del cuerpo humano y penetrar profundamente en los pulmones, llegando incluso al sistema circulatorio.

Estudios realizados durante vuelos europeos han revelado que, en determinadas fases del trayecto, la concentración de UFP en el aire que respiran los pasajeros supera los niveles habituales en zonas urbanas con tráfico intenso. Los momentos críticos coinciden con el embarque, el rodaje por pista y la maniobra de aterrizaje.

Lo más preocupante es que los valores medidos exceden los límites considerados seguros por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que implica un potencial riesgo para la salud humana. Investigaciones previas han vinculado la inhalación de estas partículas con inflamación, alteraciones del sistema cardiovascular y estrés oxidativo. Incluso exposiciones breves pueden desencadenar respuestas biológicas medibles, aumentando la vulnerabilidad de viajeros frecuentes.

A diferencia de contaminantes más regulados como el monóxido de carbono o los óxidos de nitrógeno, las UFP carecen de normativas específicas en la mayoría de los marcos legales. Esta ausencia de regulación ha permitido que su impacto pase desapercibido durante años, tanto en el interior de los aviones como en las áreas circundantes a los aeropuertos, donde las emisiones de la actividad aeroportuaria afectan a trabajadores y comunidades cercanas.

Organismos internacionales, incluida la OMS, ya consideran a las partículas ultrafinas un contaminante emergente prioritario y exigen mayor investigación, sistemas de medición más precisos y la implementación de normas claras para proteger la salud pública.

Alud de placa en Panticosa: tres fallecidos

En otra noticia de gravedad, un alud de placa que se produjo en la zona de Panticosa dejó tres muertos. Según los informes de los equipos de emergencia y los testimonios de testigos, este tipo de alud es responsable del 90 % de las víctimas en avalanchas de este tipo, debido a la gran masa de nieve y hielo que se desprende repentinamente y se desplaza a gran velocidad.

Las autoridades locales han reforzado las medidas de prevención y han emitido alertas a los usuarios de zonas de montaña, instándolos a respetar los protocolos de seguridad y a mantenerse informados sobre las condiciones meteorológicas.

Ambos eventos subrayan la necesidad de una mayor vigilancia y regulación en ámbitos que van desde la seguridad en entornos naturales hasta la calidad del aire en espacios cerrados, como las cabinas de los aviones, para prevenir tragedias y proteger la salud de la población.

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