El caso Salazar: radiografía de un escándalo que le explota al PSOE en plena campaña extremeña mientras crece la crítica interna

El caso de Paco Salazar, ex secretario general de Coordinación Territorial en Moncloa, vuelve a colocar al PSOE bajo el foco mediático. Las denuncias de acoso sexual y de presuntas irregularidades en contrataciones públicas han desencadenado una crisis interna que pone en entredicho la gestión del partido en materia de igualdad.

El PSOE admite "FALLOS" al gestionar las DENUNCIAS contra PACO SALAZAR por ACOSO SEXUAL | RTVE

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Antecedentes y trayectoria

Antecedentes y trayectoria

Francisco Salazar Rodríguez nació en Montellano, Sevilla, en 1968. Licenciado en Ciencias Políticas por la UNED y con formación en Ingeniería Técnica Agrícola por la Universidad de Sevilla, inició su carrera política como alcalde de su localidad natal entre 2003 y 2008. Posteriormente ocupó diversos cargos en la administración pública local y autonómica, llegando a ejercer responsabilidades en la Junta de Andalucía y en varios municipios de la región.

Afiliado al Partido Socialista desde 1992, su ascenso se aceleró a partir de 2017, cuando apoyó abiertamente al secretario general Pedro Sánchez. Desde entonces, desempeñó funciones como director de Análisis y Estudios, colaboró en el Gabinete del presidente y fue secretario general de Planificación Política. En 2025 se preveía su incorporación a la Secretaría de Organización del PSOE, un puesto clave dentro de la estructura del partido.

Sin embargo, en julio de 2024 Salazar dimitió de todos sus cargos y, a principios de este mes, se dio de baja como militante socialista tras que salieran a la luz mensajes y actitudes consideradas inapropiadas por parte del ex asesor.

Acusaciones de acoso sexual

Comentarios sexualizados y gestos obscenos dirigidos a trabajadoras y militantes del PSOE.
Envío de mensajes de WhatsApp con insinuaciones de carácter sexual.
Incidentes como “subirse la bragueta” o “escenificar una felación” en presencia de sus colegas.
Abuso de poder: quien ponía límites podía ser excluido de proyectos o reuniones.

Las denuncias describen un ambiente laboral “irrespirable”, “cargado de misoginia” y “baboseo”. Las víctimas aseguran que, al intentar establecer límites, fueron objeto de represalias que dificultaron su desarrollo profesional.

Investigación por presuntas irregularidades

Paralelamente, la Unidad Central Operativa (UCO) ha abierto una investigación sobre supuestas irregularidades en contrataciones públicas. La Guardia Civil registró la sede del Ayuntamiento de Dos Hermanas a finales de noviembre, tras recibir indicios de que Salazar habría cobrado como técnico sin asistir a su puesto de trabajo. Los hechos podrían constituir delitos de malversación, prevaricación y tráfico de influencias.

Respuesta del PSOE

La dirección del Partido Socialista reconoce “fallos” en la canalización de las denuncias, pero asegura que el expediente sigue abierto y que se está a la espera de un informe definitivo antes de remitir el caso a la Fiscalía, tal y como establece el protocolo interno. Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad del PSOE, ha pedido “calma y paciencia” y ha presentado disculpas a las mujeres que presentaron las denuncias.

El sector feminista del PSOE critica la eliminación de los escritos anónimos del canal interno de denuncias, calificándolo como un “error puntual” que no debe afectar la investigación. Algunas federaciones, como la de Asturias bajo la dirección de Riana Lastra, exigen que el caso sea elevado a la Fiscalía por tratarse de “violencia contra las mujeres”.

Reacción de la oposición

El Partido Popular, a través de su líder Alberto Núñez Feijóo, ha calificado a Salazar de “guarro” y ha señalado que una persona con ese comportamiento no puede ser asesor de cabecera del presidente del Gobierno. Vox ha acusado al PSOE de “perder” las denuncias internas y de desatender a las víctimas.

Feijóo ha denunciado una “doble moral” y una “hipocresía” en la defensa de los derechos de las mujeres por parte del PSOE, argumentando que el escándalo ha socavado la política feminista del partido y lo convierte en un “peligro para las mujeres”.