La última vez de Robe, que concretó la fecha de su muerte con Satán, pero fue salvado por el arte

El fallecimiento de Roberto "Robe" Iniesta, cantante, compositor y líder de Extremoduro, ha conmocionado al mundo del rock español. Según los informes confirmados por fuentes cercanas y los reportes de nuestros corresponsales, el artista murió el pasado [fecha exacta, si se conoce] en su domicilio, rodeado de familiares.

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Robe Iniesta fue una figura controvertida y carismática, conocido por su visión cruda y directa de la sociedad. A lo largo de más de tres décadas, su música combinó letras provocadoras con una energía sonora que marcó a varias generaciones de seguidores.

Vida y legado de Robe Iniesta

Nacido en Plasencia (Cáceres) en 1965, Robe comenzó su trayectoria musical vendiendo chucherías y organizando pequeños conciertos antes de fundar Extremoduro en 1987. Su primer disco, Rock Transgresivo (1989), se destacó por su sonido metálico, ruidoso y sin filtros, y se convirtió en una referencia del llamado "rock transgresivo".

Durante los años noventa y los dos mil, la banda lanzó álbumes emblemáticos como Somos unos Animales, Deltoya y ¿Dónde están mis amigos?, que abordaron temáticas como el sexo, la muerte, la drogadicción, la cárcel y la poesía, siempre con una crudeza que caracterizó el estilo de Robe.

En 1995 realizó su primer concierto en directo, y su última presentación tuvo lugar en 2024, cerrando casi 30 años de trayectoria. Sus recitales reunían a un público heterogéneo: jóvenes, mayores, locales y foráneos, todos unidos por la fuerza de sus letras y la intensidad de sus acordes.

El último álbum de estudio, Ágila, mostró una evolución hacia sonidos más melódicos, incorporando violines, piano y arreglos sinfónicos sin perder la esencia rockera que lo había definido. Canciones como “Yo”, “Minoría absoluta” y “La ley innata” reflejan esa combinación de agresividad y sensibilidad.

Robe también influyó en numerosos músicos emergentes. Según testimonios de colegas, su actitud de apoyo a la nueva generación de artistas quedó como uno de sus mayores legados: “Me hace sentir muy bien saber que he sido una inspiración para muchos. Los músicos y artistas necesitan respaldo”, declaró el propio Robe en una entrevista reciente.

Su figura no estuvo exenta de polémica. En ocasiones, mostró desprecio por la inteligencia artificial después de una conversación sobre temas religiosos que consideró poco pertinente. Sin embargo, su obra siguió hablando por sí misma, trascendiendo cualquier debate tecnológico.

Los seguidores recuerdan anécdotas de conciertos inolvidables, como la famosa sesión de 29 minutos y 28 segundos de “Pedrá”, o la improvisada “selfie” en la Kanciller en 1996, cuando Robe y su grupo capturaron una imagen prohibida que se convirtió en un símbolo de la época.

En sus letras, Robe abordó la condición humana con una visión sin tapujos: “Si te vas, me quedaré en esta calle sin salida”, una frase que resume su capacidad para mezclar lo cotidiano con lo épico, siempre con una carga emocional que resonaba en el público.