La vida de José Antonio en una furgoneta por la crisis de la vivienda: "Me enamoré de esta vida, pero los jóvenes tienen un mal futuro"

José Antonio Núñez, de 29 años, ha decidido abandonar los pisos compartidos y vivir a tiempo completo en una furgoneta camperizada Volkswagen T‑5 de color naranja. La vivienda, estacionada frente a la playa de Beliches, en el Algarve portugués, se ha convertido en su hogar y oficina desde hace ocho meses.

“No me daba para un alquiler en Cádiz, están por las nubes”, explicó al medio 20 Minutos, señalando que la crisis de la vivienda en España lo obligó a buscar una solución distinta. Según el último informe de Idealista, el precio medio del alquiler ha subido un 9,9 % desde noviembre de 2024, mientras que el coste de compra ha aumentado un 16,1 % en el mismo periodo, convirtiendo la adquisición de una vivienda propia en un privilegio cada vez más escaso para los jóvenes.

Una alternativa sobre ruedas frente a la crisis de la vivienda

Hasta hace un año, Núñez vivía en pisos compartidos, una opción que describió como “mala” por los conflictos de convivencia. Un viaje al norte de España en una furgoneta camper lo hizo replantearse su estilo de vida: “Después de 20 días volví al piso compartido y me encontré con todo sucio; me dije que si podía vivir bien en una furgoneta, ¿para qué volver?”. Así, sin un plan detallado, convirtió la T‑5 en su nuevo domicilio.

Imagen de la noticia

Vivir en la furgoneta le ha supuesto una serie de beneficios que él valora: “Me levanto y veo la playa; no tengo que mirar a una pared. Es como estar de vacaciones todos los días”. La reducción del espacio material le ha llevado a desprenderse de gran parte de sus pertenencias, conservando solo lo esencial: un termo de agua, un váter seco, una nevera de 85 litros y utensilios de cocina, equipamiento que, según él, supera al de muchos pisos compartidos.

Desde el punto de vista económico, la nueva forma de vida le está permitiendo ahorrar: “Estoy ahorrando mucho dinero”. Además, la movilidad le brinda la libertad de trabajar desde distintos lugares, alternando entre la playa y la montaña según su ánimo, aunque mantiene una oficina física a la que acude regularmente.

Imagen de la noticia

El estilo de vida nómada también ha repercutido positivamente en su salud. “Practico surf, corro y paso mucho tiempo al aire libre; me mantiene activo y mejora mi bienestar mental”. La rutina diaria incluye un café y un paseo por la playa antes de comenzar su jornada laboral.

Sin embargo, la vida en una furgoneta no está exenta de dificultades. Núñez reconoce limitaciones en cuanto a espacio, higiene y climatización, y destaca los problemas legales que enfrenta en zonas como Cádiz o Conil, donde la normativa municipal prohíbe pernoctar y limita el uso de vehículos como residencia permanente.

Imagen de la noticia

A pesar de estos retos, el joven no tiene planes inmediatos de adquirir una vivienda tradicional. “Quiero seguir así, al menos hasta los 40 años”. Su objetivo a medio plazo es comprar un terreno para instalar una casa modular autosuficiente, proyecto que está estudiando mientras continúa viviendo en la furgoneta.

Imagen de la noticia

Para quienes contemplen la opción de residir en una furgoneta, la normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT) establece que el vehículo debe estar correctamente estacionado, sin sobrepasar marcas viales ni exceder los límites temporales de estacionamiento. Asimismo, cualquier actividad que se desarrolle fuera del interior del vehículo (mesas, sillas, duchas) podría considerarse acampada y estar sujeta a la legislación autonómica y municipal correspondiente.

Vota Aqui post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir