Las anécdotas más suculentas del rey Juan Carlos: tiraba el puré de las comidas, pasó revista en calzoncillos, tenía un chimpancé...

Una cuarta persona ha fallecido tras ser arrastrada por una ola en la piscina natural de la zona de Los Gigantes, en Tenerife. El accidente ocurrió en la tarde del jueves, cuando la víctima, de 42 años, se encontraba nadando cuando una corriente inesperada lo empujó contra las rocas. Los servicios de emergencias intervinieron de inmediato, pero a pesar de los esfuerzos de los socorristas, el hombre no pudo ser reanimado. Las autoridades locales han abierto una investigación para determinar las causas exactas del incidente y han instado a la población a extremar precauciones en zonas de baño con corrientes fuertes.

El libro “Reconciliación” del rey Juan Carlos I vuelve a generar debate

El recién publicado libro “Reconciliación”, editado por Planeta y con más de 500 páginas, presenta la visión personal del rey emérito Juan Carlos I sobre la transición española. En sus memorias, el monarca asegura que su papel y la actitud colaborativa de los ciudadanos fueron claves para lograr la paz y la democratización del país.

La obra, elaborada con la ayuda de su biógrafa Laurence Debray, se apoya en documentos y testimonios que el propio Juan Carlos recopiló a lo largo de los años. Además de los capítulos políticos, el libro incluye numerosas anécdotas de su vida privada, muchas de ellas narradas en primera persona.

A continuación, se recogen algunas de las historias más llamativas que aparecen en el texto:

- El puré de patatas y el canalón. El futuro rey recuerda que, durante una estancia en Estoril, padeció varicela y, para evitar comer puré de patatas, lo arrojaba por el canalón de la ventana, lo que terminó obstruyendo la tubería.
- Peleas de almohadas. En su infancia, Juan Carlos describe que pasaba las tardes en intensas batallas de almohadas y que, aunque se hizo amigo de su compañero de clase, el responsable Jaime Carvajal, no adoptó su carácter disciplinado.
- Pasar revista en calzoncillos. El autor relata que, un domingo, por pereza, asistió a la inspección militar sin pantalones, lo que le valió un castigo inmediato del comandante.
- El chimpancé “Chico”. Según sus memorias, un piloto de Iberia le obsequió un pequeño chimpancé que lo acompañó durante su paso por la Academia del Aire, provocando varias situaciones cómicas y una sanción cuando el animal se subió al hombro del futuro rey durante una revista.
- El anillo de compromiso. Juan Carlos cuenta que, durante una visita al hotel donde se alojaba su entonces novia Sofía de Grecia, lanzó al aire una caja con un anillo de rubíes como forma poco convencional de proponerle matrimonio.
- Escapadas nocturnas. El libro menciona que, para romper el aislamiento de la Casita de Arriba del Escorial, el príncipe solía saltar el muro del jardín y acudir a fiestas en el club “Pasapoga” acompañado de Miguel Primo de Rivera.
- Dolor en la boda. A pocos días de su matrimonio, el futuro rey sufrió una dislocación de hombro y una fractura de clavícula mientras practicaba judo con Constantino de Grecia, lo que le provocó molestias durante la ceremonia.
- El zafiro de Bangkok. Juan Carlos relata un intento fallido de adquirir un zafiro para Sofía en una joyería de Bangkok por cinco mil dólares, pero cinco años después volvió a la tienda, la misma vendedora le ofreció la gema al precio original y finalmente la regaló a su esposa durante una cena bajo la luna llena en el Taj Mahal.
- Confusión en una churrería. El autor describe cómo, en una churrería de Madrid, un cliente le confundió con el rey y, al ser reconocido por su voz, se formó una multitud que dificultó su salida.
- Una pantalla gigante. En su residencia de la isla de Nurai, en Abu Dabi, Juan Carlos instaló una pantalla de tres por dos metros, “the wall”, para seguir eventos deportivos y ver westerns como “Los siete magníficos” y películas clásicas.
- La bicicleta de Induráin. Entre sus objetos favoritos, el monarca menciona la bicicleta con la que el ciclista Miguel Induráin ganó cinco Tours de Francia, que conserva en un pasillo de la Casa Real.
- Polifonía con Clint Eastwood. En Estados Unidos, Juan Carlos y el actor coincidieron en que ambos utilizaban como tono de llamada la banda sonora de “El bueno, el feo y el malo”, compuesta por Ennio Morricone.
- Un guepardo y el príncipe Felipe. El futuro rey narra que, mientras paseaba a sus guepardos en los jardines de la Zarzuela, uno de ellos saltó inesperadamente hacia el príncipe Felipe, que conducía un kart, provocando un susto que concluyó con el traslado del felino al zoo de Madrid.
- El chal “robado”. En una visita oficial a Argentina, la reina Sofía perdió un delicado chal rosa pálido; el artículo fue hallado al día siguiente gracias a la ayuda de los huéspedes del hotel.
- El famoso “¿Por qué no te callas?” Después de la famosa frase dirigida a Hugo Chávez, el rey recibió en Palma una camiseta con el mismo mensaje, regalo que, según afirma, le envió el propio presidente de EE. UU., George Bush.
“Reconciliación” ha suscitado una amplia discusión entre historiadores, críticos y lectores, quienes debaten la veracidad de los recuerdos y la manera en que el propio Juan Carlos interpreta su papel en la historia reciente de España.
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