"Queridos Reyes Magos, este año quiero un olivo": así es la campaña de un pueblo de Teruel para luchar contra la despoblación

La campaña navideña de Aprinaunolivo.org vuelve a poner el foco en la despoblación de Oliete, un pequeño municipio de la provincia de Teruel que ha pasado de contar con unos 2.000 habitantes hace una década a apenas 300. El proyecto, que combina la recuperación de olivos abandonados con la atracción de nuevas familias, ha lanzado una serie de vídeos que recogen los deseos de tres generaciones: un niño, un abuelo y una mujer embarazada.

Una iniciativa contra la despoblación

Todo comenzó en 2014, cuando un censo reveló la existencia de cerca de 100.000 olivos abandonados en la zona. Alberto Alfonso, cofundador de la asociación, vio en ese abandono una señal de alarma y, junto a su equipo, ideó la estrategia de “aprinamiento” de olivos: cuidar y revitalizar los árboles para generar empleo, vivienda y, sobre todo, un nuevo relevo generacional en el campo.

Según Erika Casaña, responsable de comunicación de Aprinaunolivo.org, la iniciativa ha tenido un impacto notable. “Hasta la fecha hemos recuperado casi 30.000 olivos, de los cuales un tercio están bajo el programa de aprinamiento”, afirma. Además, la organización cuenta con “prinos” de más de 27 países, lo que ha convertido a la asociación en una verdadera familia internacional.

El primer vídeo muestra la carta de un niño que, en lugar de pedir juguetes, solicita “un olivo” y, sobre todo, que lleguen más niños a Oliete para formar un equipo de fútbol. Ese deseo refleja una realidad crítica: la escuela del municipio estaba a punto de cerrar por la falta de alumnos, con tan solo tres niños matriculados. Gracias al proyecto, el número de estudiantes ha aumentado a 27, lo que ha permitido mantener la escuela abierta.

El segundo relato pertenece a un abuelo que ha visto cómo los olivares familiares se quedan sin cuidadores. La asociación colabora con propietarios que ya no pueden atender sus tierras, ofreciéndoles la posibilidad de ceder el manejo de los olivos a cambio del 10 % de la producción. De este modo, se garantiza la continuidad de la actividad agrícola y se combate el envejecimiento del sector.

El tercer vídeo presenta a una mujer embarazada que, al no encontrar una vivienda digna en la ciudad, descubre que Aprinaunolivo.org no solo recupera árboles, sino que también rehabilita casas para ofrecerlas a familias que se deciden a mudarse al pueblo. “Hemos entregado viviendas a trabajadores sin recursos, quienes pueden vivir en ellas mientras participan en el proyecto”, explica Casaña.

La revitalización de Oliete no se limita a la agricultura. La llegada de nuevas familias ha permitido reabrir servicios que habían desaparecido, como tres bares, una sucursal bancaria que funciona todos los días y varias peluquerías. “El crecimiento del pueblo se basa en la gente que ha llegado gracias a la organización”, subraya la responsable de comunicación.

Entre los 47 trabajadores que forman la red de Aprinaunolivo.org destacan historias como la de Carlos, quien dejó su taller en un municipio vecino para convertirse en maestro de almazara y ha recibido varios premios por la calidad de su aceite, y la de Jaime, un profesor universitario venezolano que ahora dirige el área de experiencias turísticas de la asociación.

Participar en el programa de aprinamiento tiene un coste de 60 euros al año. Los patrocinadores pueden elegir su propio olivo, bautizarlo y visitarlo cuando lo deseen. Cada año reciben dos litros de aceite de los árboles recuperados y pueden asistir a las reuniones mensuales que se celebran en el pueblo, donde se organizan catas, jornadas de recolección y otras actividades comunitarias.