Sánchez asume el "error" del caso Salazar y apunta a la falta de personal para atender a las víctimas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido en primera persona los errores cometidos en la gestión del caso de acoso sexual que involucra a la exministra de Trabajo, Yolanda Salazar, y ha subrayado que la decisión de llevar el asunto a la Fiscalía corresponde a las propias denunciantes.
Reacciones del Gobierno y del PSOE
Sánchez declaró que nunca había sido consciente de los comportamientos de Salazar y que se enteró de las denuncias a través de la prensa. Según el mandatario, el PSOE activó el protocolo antiacoso en mayo y lo aplicó en julio, cuando se dieron a conocer los hechos. Aseguró que el órgano encargado del proceso actúa con total autonomía y que el partido no tiene capacidad para influir o intervenir en la investigación.
El presidente también señaló que la legislación es clara: corresponde a las víctimas decidir si desean presentar una denuncia ante la justicia. “Legalmente no es posible que el partido lo haga por ellas; nosotros podemos ofrecer apoyo, pero la iniciativa debe venir de las denunciantes”, afirmó.
En cuanto al retraso en la tramitación, Sánchez admitió que el comité antiacoso ha tardado más de lo deseable, aunque recordó que el protocolo establece un plazo de seis meses para la elaboración del informe, plazo que aún está en vigor.

El sector feminista del PSOE criticó duramente la gestión del caso y exigió su judicialización inmediata. Varios dirigentes señalaron que, desde que surgieron las denuncias hace cinco meses, las trabajadoras no habían recibido respuesta por parte del partido y que, durante un tiempo, las quejas desaparecieron del canal interno, un fallo que la dirección atribuye a un error puntual.
Ante estas críticas, Sánchez reiteró su responsabilidad: “La principal responsabilidad es mía”. Además, manifestó que la falta de personal suficiente para atender el caso se debe a la prioridad que el PSOE otorga a la colaboración con la Audiencia Nacional para esclarecer posibles irregularidades de financiación.
El presidente también aprovechó la intervención para criticar al Partido Popular, afirmando que su propio partido ha mostrado “contundencia” y “cero connivencia” frente a casos de acoso y corrupción, y que no está dispuesto a aceptar lecciones de un rival que, según él, gestiona menos del 10 % de los casos que le corresponde.
Finalmente, Sánchez dejó clara su distancia con Salazar desde el momento en que se conocieron los hechos, asegurando que nunca se dudó de la veracidad de los testimonios de las víctimas y que el Gobierno mantiene una política de cero tolerancia frente al acoso sexual.
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