Sánchez encara 2026 dispuesto a resistir pese a un año de escándalos por la corrupción, los casos de acoso y las tensiones con sus aliados
El reconocido pediatra e influencer Jorge García Dihinx y su pareja, la activista Natalia Román, fallecieron este lunes en un trágico alud que sepultó su vivienda en la zona de los Pirineos. La noticia, confirmada por los servicios de emergencia y corroborada por testigos presenciales, ha conmocionado a la opinión pública, que lamentó la pérdida de una figura muy vinculada a la divulgación de la salud infantil en redes sociales.
Crisis política del Gobierno
En el mismo contexto de luto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se enfrenta a una serie de desafíos que ponen a prueba la estabilidad de su mandato. A finales de 2025, el Ejecutivo está sumido en una crisis de primer orden, agravada por escándalos judiciales y acusaciones de acoso sexual contra varios dirigentes del PSOE. La detención reciente de Santos Cerdán y del exministro José Luis Ábalos, vinculados al caso Koldo, ha reactivado la agenda política y ha intensificado la presión sobre el presidente.
El propio Sánchez ha reiterado su intención de permanecer al frente del Gobierno hasta 2026, argumentando que su administración “renta” a los españoles y que las campañas de acoso personal no le harán desistir. Aunque en alguna ocasión se planteó la posibilidad de dimitir, sobre todo tras la judicialización del caso de su esposa, Begoña Gómez, y la prisión de Cerdán, el líder socialista ha decidido aferrarse al poder.
El entorno político también se complica por la ruptura anunciada por Junts a principios de noviembre y las crecientes tensiones con los socios de coalición. Sánchez tiene prevista una reunión con Oriol Junqueras el 7 de enero, pero aún no está claro si este gesto será aislado o parte de una estrategia más amplia para restablecer la confianza con ERC y otros partidos.
En el marco parlamentario, el Gobierno lleva tres años sin aprobar un presupuesto definitivo, y la presión de los socios de Sumar, que exigen medidas urgentes en materia de vivienda, se suma a la falta de apoyo de Podemos y al ultimátum del PNV, que advierte sobre una posible “hemorragia” presupuestaria.
Las relaciones con Junts continúan siendo delicadas. Tras la amenaza de una cuestión de confianza en el primer trimestre y el portazo de fin de año, se habla de una posible amnistía a Carles Puigdemont, que podría resolverse en febrero si el Tribunal de Justicia de la Unión Europea falla a favor del caso. Este movimiento podría abrir una “ventana de oportunidad” para presentar nuevos presupuestos y estabilizar la situación financiera del Gobierno.
El horizonte electoral se presenta especialmente desafiante. Las derrotas del PSOE en Extremadura y la incertidumbre en las próximas elecciones autonómicas de Aragón (8 de febrero), Castilla y León (15 de marzo) y Andalucía (antes de junio) podrían erosionar aún más el apoyo popular. Sánchez apuesta a criticar al PP por sus pactos con Vox, pero una serie de resultados desfavorables podría desmoralizar a la base del partido.
En el plano judicial, el Congreso se prepara para varias votaciones clave a principios de 2026, incluyendo la comparecencia del presidente en octubre para responder a los casos de corrupción, y el juicio pendiente contra el hermano de Sánchez, David Sánchez, programado para la primavera. Además, continúan las investigaciones sobre la supuesta implicación de la esposa del presidente, la trama de mascarillas del caso Koldo, el caso de hidrocarburos y el denominado “caso Fontanera”, relacionado con la exmilitante Leire Díez.
A pesar de la complejidad del escenario, el Gobierno ha buscado resguardar ciertos apoyos sociales que le otorgan cierto margen de maniobra: su postura firme en la cuestión palestina, la defensa del derecho al aborto y la ampliación de permisos de paternidad y maternidad han generado reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.
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